Cuando me siento mal cambio BRONCA por BRANCA y todo pasa a ser un problema gramatical.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Omar


Omar es rubio y su pelo cortado al ras parece víctima de la estática, sus ojos celestes no saben demostrar otra cosa que ternura y su lengua que siempre aparece por sobre el labio inferior me deja saber cuándo es que está concentrado y cuándo es hora de un recreo. No sólo eso es lo que enternece sobre Omar, él también es gigante hacia los costados (me gusta decirle así porque se ríe y sin embargo si alguien le dice gordo su mirada es otra, no de enojo, pero sí de incomprensión), es aproximadamente 3 veces más ancho que yo y mover su cuerpo no le resulta imposible, pero su peso hace que sus movimientos sean un poco más bruscos.